Al cabo de unos días, una de las personas que envió su currículum a través de Infojobs recibió una llamada al móvil en que le dijeron que había sido seleccionada para realizar una entrevista, le dieron hora y avisó de que sobre todo llevara el currículo. El día de la cita la persona acudió al lugar: era un bloque de edificios de oficinas, pero el lugar exacto que le habían dicho era una especie de altillo, primera cosa sospechosa. Una vez en la planta adecuada, se adivinaba la puerta que era porque decía "Avance 2000 Marketing & Publicidad", en un cartón pluma sencillo con letras negras, pero ese no era el nombre que figuraba en la oferta de Infojobs, segunda cosa sospechosa. No había timbre (3 ª) y tuvo que llamar a la puerta. Una vez dentro, el aspecto de la oficina hacía pensar que se acababan de instalalar, porque no se veían muebles prácticamente, sólo una mesa con un ordenador, un teléfono, una chica-recepcionista y un pequeño cuadro abstracto con tonos azules. De hecho, era todo muy abstracto, porque tampoco parecía que se estuvieran mudando.
La entrevista fue breve, muy breve, no duró más de 4 minutos: un chico muy joven echó un vistazo al currículo (si no lo llevabas te hacían rellenar una ficha con los 4 datos básicos) y la primera pregunta fue si conocía la empresa, la respuesta de la chica fue "no" y él dijo que era absolutamente normal (4a.). Después (hablando a mil por hora que casi no se le entendía) le explicó que la empresa estaba formada de un departamento de ventas y uno de marketing, en este caso nos teníamos que olvidar del de ventas, trabajaríamos con el de marketing, porque acababan de firmar un contrato de 10 años con Securitas Direct, la empresa de las alarmas. Dijo que necesitaban cubrir 18 vacantes porqué él y su equipo se trasladaban a Tarragona, que el sueldo era de 1.000 € netos al mes en una jornada de tarde intensiva de 15h. a 21h. de lunes a viernes, que la formación era pagada a cargo de la empresa, y que después había posibilidad de promocionar y que se podía llegar a ganar mucho más dinero. En el último minuto de la entrevista dijo que como no querían engañar a nadie, si la seleccionaban, debería pasar una tarde con ellos para ver de qué se trataba, pero que ya la llamarían. Para terminar el chico dijo que si tenía alguna duda llamara aquí, y le dio una tarjeta con un nombre y un teléfono. Era una tarjeta gratuita impresa por VistaPrint, ¿se podía ser más cutre todavía?
Al salir había más personas esperando. Todo eran interrogantes, la cosa había ido tan deprisa que no había dado tiempo a preguntar nada. ¿De qué se trataba exactamente el trabajo? No lo habían contado, había que ir un día a verlo in situ. ¿Qué tipo de contrato hacían? De eso ni hablaron.
Al cabo de unas horas, la tarde del mismo día esta chica recibió una llamada en la que le decían que había sido seleccionada y le dieron hora para que fuera a hacer el día de prueba dos días después. Pero ¿eso quería decir que ya le daban el trabajo si ella lo aceptaba o era otra fase para superar? No había nada claro en todo aquel proceso, por tanto, la chica marcó el número de tarjeta de visita y preguntó por aquel nombre.
Le dijeron que estaba reunida y llamó más tarde. Tampoco estaba, entonces le preguntó a la misma chica del teléfono si sabía qué tipo de contrato hacían. Respondió que no tenía ni idea, pero que seguramente sería de obra y servicio. También preguntó si el trabajo era por Barcelona o estaba fuera y la muchacha afirmó que siempre estaba en Barcelona ciudad. Después de algunos intentos por saber más llegó el día de la prueba. La chica llegó a la hora que le habían dicho, allí ya se esperaban dos personas más que también habían sido seleccionadas y la recepcionista, que tenía la música del ordenador a todo trapo, no se sabe si era porque no se oyera lo que decían dentro. La espera fue de casi 45 minutos, durante los cuales, aparte de la música, se oía gente hablar dentro de los despachos y luego gritar como locos, se oían proclamas en las que otros miembros respondían a gritos, como si se tratara de una secta, después aplausos y más alboroto. Los que estaban en la sala se miraban extrañados. Ninguno de ellos sabía de qué se trataba el trabajo ni sabía muy bien a qué había venido.
Finalmente les hicieron pasar sin ninguna explicación por la larga espera ni por el escándalo. A cada uno se le presentó una persona a la que llamaron "el formador/a" y quién se suponía que era la directora explicó que hoy era la prueba final (es decir, el trabajo no era segura todavía) y que sobre todo si tenían algún tipo de duda que no se la quedaran dentro y que lo preguntaran, al final hablarían de las condiciones y de dinero. Una vez más la cosa fue muy rápida y cada formador se juntó con un grupo de 3 trabajadores más que cogieron una carpeta cada uno donde había documentos de Securitas. Por tanto, la chica se fue con su formadora y preguntó adónde iban. Se dirigían al coche de una compañera para ir a El Papiol. O sea que el trabajo no estaba en Barcelona.
Dentro del coche la formadora se mostraba excesivamente simpática, no paraba de preguntar "¿dónde vives? ¿Trabajas? ¿Cuántos años tienes? ¿Vives sola? ¿Por dónde sales de fiesta?, etc. Aprovechando el clima la chica intentó preguntar una vez más a la formadora, qué tipo de contrato tenía, pero la respuesta fue rotunda: Eso ahora no, cuando volvamos te explicarán todo" Los otros miembros que iban en el coche tampoco dijeron nada ni preguntaban nada.
Llegaron al destino: las afueras de El Papiol en una zona de casetas adosadas. Cada uno se encargaba de una zona. La chica acompañó la formadora y vio que el trabajo se trataba de ir llamando a las puertas de la gente para "informarles" de una promoción del departamento de publicidad de Securitas, diciendo siempre (para que no te cerraran la puerta en las narices) que no les querían vender nada. Después de oír el mismo discursito de la promoción más de 80 veces (que eran las puertas a qué se llamaba cada día) le comentó a la chica que esto le parecía un poco engañoso ya que no era información porque sí que estabas intentando vender un producto, ella se opuso pero no dio ninguna explicación. Las preguntas personales continuaban entre portal y portal. La chica preguntó si tenía que hacer un mínimo de clientes al día y ella contestó que no, que ella se había fijado un mínimo pero no estaba obligada a nada. Cuando estaban a punto de volver la formadora explicó a la chica la teoría del marketing en 5 pasos, que al llegar tendría que explicar por escrito en un test que le harían en la oficina.
Ya pasaban de las 21h. y la chica hizo el test, la directora lo revisó y fue entonces cuando explicaron el tema del contrato. Primero decían que eran conscientes de que bajo presión la gente no rinde y no trabaja bien, luego te preguntaban si te veías capaz de hacer el trabajo, pero paradójicamente te explicaban que durante el primer mes "sólo" te exigen hacer 2 clientes a la semana y un sueldo mensual de 800 €, esto durante el periodo de formación. Es decir que no había otra formación que lo que la chica acababa de ver aquella tarde, formación significaba ir acompañado de otra persona, simplemente. Después del periodo de formación, que podía ser de 15 días o un mes máximo, se incrementaba el número de clientes exigidos a la semana y cuanto más clientes, más dinero. Lo pintaban así de fácil.
Finalmente, en cuanto al contrato, se trataba de un contrato mercantil. Nada de cotizar a la Seguridad Social. Decían que no te podían hacer un contrato de obra y servicio hasta que la persona no demostrara que trabaja suficiente. La entrevista resultó muy surrealista, ya que cada afirmación que hacían se contradecía con la siguiente o caía por su propio peso. La chica comentó que no veía claro el tema del contrato y la directora respondió con mala baba que entonces quizá no era el tipo de trabajo que estaba buscando. Ella dijo que ya lo pensaría y la directora, enfadada, dijo que entonces quizá ya habría contratado a otras dos personas. La cosa se volvió tensa, y lo más increíble es que la directora acabó aplicando la misma técnica de marketing que acababan de explicar a la chica y que utilizaban para vender las alarmas casa por casa (vender, y no informar): "o lo coges ahora mismo o nada".
Pero no funcionó. La chica llegó a casa y después de toda esta locura se puso a buscar en internet hasta que encontró varios casos prácticamente iguales a lo que le acababa de pasar en otras ciudades. Aquí las pruebas y un documental de Antena 3 donde se explica bien cómo han proliferado las estafas a gente que busca trabajo y donde figura esta misma a partir del minuto 20: